Dicen que el Mediterráneo nos acostumbra al sol, pero si un día amanece gris, Mallorca tiene su lado secreto para disfrutan bajo techo. No dejes que las nubes apaguen tu energía: aquí van ideas para que ese día lluvioso se convierta en uno de los más memorables de tu viaje.
Cuando el cielo no ayuda, adéntrate al interior: Mallorca cuenta con cuevas que son verdaderas joyas naturales, como son las Cuevas del Drach (en Porto Cristo), entre otras. Recórrelas con calma: salas enormes, estalactitas y estalagmitas que parecen esculturas vivas. De hecho, tienes una entrada en este blog. Busca en posts anteriores y déjate sorprender.
Si prefieres algo más cultural, también hay opciones para ti. Ya sea en Palma, como en otros puntos de la isla, hay multitud de museos (historia, arte moderno, arqueología) y galerías donde sumergirte y dejarte sorprender…¡Y seguir aprendiendo!
Camina sin prisa entre salas, observa detalles, conecta con relatos locales. Muchos espacios ofrecen actividades, charlas o exposiciones temporales que cambian la experiencia. Olvida el reloj: disfruta del ritmo del arte.
La isla también ofrece opciones para toda la familia. ¿Te gustaría ver tiburones, arrecifes o criaturas marinas sin mojarte? En el acuario de la Playa de Palma podrás ver cómo es la vida bajo el mar, conociendo la flora y la fauna del fondo marino, tanto del mediterráneo como en otras partes del mundo. ¡Déjate sorprender!
Relájate como te mereces
Hay algo casi poético en el contraste entre la tormenta afuera y el calor, el vapor o la luz tenue dentro. Dedica unas horas al bienestar: circuitos de spa, jacuzzis, saunas, baños termales. Que la lluvia suene en el techo mientras tú te dejas llevar por olores, sensaciones y el silencio interior.
Cuando llega la tarde y la lluvia no cede, las actividades lúdicas interiores se vuelven un refugio divertido para todos. Escoge una sala de cine, prueba un escape room con amigos o familia, sumérgete en centros de ocio indoor con juegos, salas temáticas o actividades interactivas. El objetivo: perder la noción del tiempo.
Y si la lluvia es ligera o da tregua, aprovecha para recorrer el casco antiguo bajo paraguas. Las calles empedradas, arcos, balcones de piedra y rincones escondidos cambian de carácter con la lluvia: adquieren un aire íntimo, hasta cierto punto romántico. Hazlo a paso suave, detente ante ventanas curiosas, y deja que el sonido de las gotas se convierta en banda sonora.
¡IMPORTANTE!
Lleva calzado cómodo y resistente al agua, una chaqueta ligera impermeable, una mochila pequeña para refugiarte cuando empiece a chispear. Sobre todo, toma el día como un regalo: Mallorca bajo la lluvia tiene otra luz.
